martes, 3 de septiembre de 2013

9. Bye Bye Alaska y Canadá

Es el tópico más certero, el que nunca miente: "qué rápido pasa el tiempo". Anchorage nos resulta algo lejanísimo, algo que parece de otro viaje, pero no, es el lugar donde iniciamos este periplo americano. Hemos redescubierto que nos encontramos muy bien y libres en lugares abiertos y poco tocados por la mano del hombre. Alaska y Canadá son, por tanto, dos paraísos para ello, nuestra Australia con árboles y agua. No hay sensación más buena que poder plantar la tienda donde y cuando a uno le apetezca (con permiso de los Rangers) y oir solo los sonidos de la naturaleza. Poder ver la fauna local desde la bicicleta y ver de tan cerca y en libertad esos impresionantes mamíferos llamados osos han sido otros de los grandes momentos vividos. 


Como siempre decimos, atrás quedan los mosquitos, las tormentas repentinas y esa paranoia con esconder la comida de los osos. Qué es eso comparado con lo que obtenemos a cambio? Exceptuando la taiga siberiana de cuando viajamos, años atrás, en el transiberiano, jamás habíamos visto tantos árboles y lagos juntos. En Alaska y Canadá, casi cada día ha sido un espectáculo.Y más aún cuando nos llevamos en las alforjas el recuerdo de tanta gente que hemos encontrado en el camino, gente abierta, agradable y generosa para standards occidentales. Resulta curioso ver la diferencia en la alimentación que vimos en los alaskeños y canadienses, a pesar de ser vecinos y compartir raíces culturales. Hemos visto a los canadienses mucho más preocupados por su salud y apasionadamente deportistas. Quizás es que para vivir en el oeste debe gustarte la actividad física, especialmente el esquí en invierno... sino "sería imposible vivir aquí".
Es cierto que a los cicloviajeros nos gustan especialmente los sitios diferentes de los que provenimos, y que Alaska y Canadá (reservas indígenas aparte) no dejan de ser países occidentales del primer mundo, pero si alguien nos dijera de volver atrás ahora mismo, no lo pensaríamos un momento. Y de la misma forma que volveríamos también decimos que volveremos. Este inmenso país esconde aún el grueso del iceberg.
Thanks a lot Alaska & Canada!




En el precioso valle de Okanagan (valle que es compartido con los Estados Unidos al otro lado de la frontera) convive con un clima semiárido que no impide que haya numerosos lagos y gran cantidad de agua. Aquí hemos pasado nuestro último mes
El valle de Okanagan es la frutería y la bodega de Canadá. Millones de cerezas, manzanas, peras, melocotones, ciruelas, uvas, tomates, verduras y demás salen de su fértil suelo
Bye bye Alaska and Canada

domingo, 18 de agosto de 2013

8. Los Dakelh.



Foto de una fotografía antigua
Son muchos los grupos indígenas, concidos como "First Nations", que habitan en Norte América. Los Dakelh son uno de ellos.
Para los Dakelh el Necha-Koh lo es todo. Es su sustento y además de su vía de comunicaciones es donde para ellos empieza su historia. En la noche de los tiempos, varias tribus viajaban juntas en la búsqueda de un sitio donde asentarse. Después de pasar 5 inviernos consecutivos en la zona decidieron que este era su lugar en el mundo. Y también acordaron que una vez al año se juntarían para contarse historias pasadas y hablar del futuro. Y así fue. En su lengua, Dakelh significa "los que viajan por el agua”. Las tierras de sus antepasados ocuparon las vastas praderas y bosques llenos de ríos y lagos que van de las montañas de la costa occidental a las Montañas Rocosas del este. Hoy en día ocupa la parte central de British Columbia. Justo en medio de su territorio transita el río Necha-Koh, que significa “el río lejano” ya que nace en las montañas de la costa; este río sirve de afluente al río Fraser, el mayor corredor de salmón del mundo. Hasta hace apenas una generación, con las primeras heladas del otoño, los diferentes clanes solían venir al lago Cluculz para acampar y pescar pescado blanco con sus redes hechas con raíces, secar comida para el invierno, cazar ciervos y alces y prepara las trampas con las que cazarían y pescarían en el invierno.
El río les guía en su vida, les dice cuándo moverse. En su mitología antes no había ríos ni lagos ni prácticamente agua. Cuando Utas se llevó el bol de su abuelo, que contenía toda el agua del mundo, y se le cayó, esparció toda el agua y creó los ríos y lagos. Desde entonces han seguido el Necha-Koh y sus estaciones. En otoño, se desplazaban por el río hasta sus lagos; en invierno seguían sus trampas de castores y ratas almizcleras; en primavera volvían a los lagos y pescaban truchas y rémora. Antes cazaban patos y cisnes; en verano es cuando llega el salmón, que es su principal recurso alimenticio. El 25% del salmón del río Fraser viene del Necha-Koh y sus afluentes.
Nos parece muy interesante cómo llaman a los diferentes clanes que habitan su territorio. Por ejemplo están los Sai-K úz (las gentes del río arenoso), los Nak´Azlidt en (las gentes que viven donde flechas de enanos hicieron desaparecer el agua), los Tlazt´en (las gentes que viven al final del lago); los Nadleh Wuth´en (las gentes que viven donde regresa el salmón); los Lheit-Lit´en (las gentes que viven donde se unen los ríos), etc
El hombre blanco los llamó “los cargadores”, por la costumbre de las viudas de llevar las cenizas de sus maridos en sus canoas.
Su sistema tradicional de gobierno se llama Balhats, que quiere decir “por mucha gente” y tras dos siglos de interrupción debido a la presencia blanca ahora están volviendo a sus costumbres. En sus asambleas todo el mundo se sienta en círculo y cada familia es representada por una persona, hombre o mujer. Los ancianos tiene gran peso en su sociedad, como suele ocurrir en estas sociedades, al revés de en la sociedad occidental donde solemos considerarlos un estorbo.
Los primeros europeos en llegar a su territorio fueron comerciantes de pieles. El primer asentamiento comercial en la zona fue Fort Saint James, en 1806. No tardaron en llegar los misioneros que inmediatamente trataron por todos los medios de cambiar el estilo de vida milenario de los Dakelh. Trataron de que adoptaran nuestro modelo occidental. Lo consiguieron, como casi siempre. Los niños empezaron a ir a escuelas y dejaron de ir a los campamentos de invierno. Cada vez hubo más intrusos y además trajeron enfermedades que diezmaron a los nativos. Pero lo peor estaba por llegar. En 1952 se construyó una presa en el río Necha-Koh que afectó al flujo del río, sus puestos de trampas, campamentos y por supuesto, al salmón.
Hoy tratan de reparar el desastre recuperando la población de salmón y luchar contra los efectos de la contaminación. Los Dakelh de hoy en día, por todo lo expuesto anteriormente, son mucho menos nómadas que sus abuelos, pero también pescan y usan sus trampas de toda la vida. Están aprendiendo de los abuelos que “la tierra sabe curarse por sí misma”, así que esperan que con el tiempo se recuperen las poblaciones de pescado, castores y frutos silvestres, y con ellos su vuelta a la vida nómada que siempre tuvo su pueblo. La vida del río y las estaciones. Ojalá lo consigan.
Mientras tanto tratarán de adaptarse a nuestra sociedad de la mejor forma posible, aunque no siempre serán capaces. Muchos taparán su frustración e inadaptación con alcohol, como siempre ocurre con la gente olvidada. 

martes, 6 de agosto de 2013

7. Las Montañas Rocosas

No hace falte venirse a las Montañas Rocosas para ver montañas en Canadá. Pero sí es cierto que son las más famosas y que su fama está más que justificada. Tras la carretera 37 no llevamos bien la nueva situación. Hay demasiado tráfico pesado, pero al menos gozamos de anchos arcenes y tranquilas noches de acampada. A veces, dentro de la tienda, oímos el zumbido de lo que creemos un moscardón gigante. Luego reconoceremos el sonido como el increíble aleteo de los colibríes, que atraídos por el chillón color de nuestra tienda nos visitaban a menudo. Ya hace días que ha vuelto la noche. Se duerme mejor...
El parque nacional más famoso de las Montañas Rocosas se llama Jasper and Banff National Park. Bueno, en realidad son dos, pero unidos. Una carretera llamada Icefields Parkway los atraviesa por la mitad. Los canadienses, muy propensos a echarse flores encima, la autoproclaman la "carretera más bonita del mundo". No diremos que no es espectacular, pero sería injusto darles una medalla de oro que quizás merecerían compartir con otras rutas del mundo. 
Lo que sí podemos afirmar es que es una de las carreteras más caras del mundo. Para recorrerla hay que pagarla...por días que pases dentro! Nos comparan con un vehículo a motor? O sea, vamos en bici y como tardamos más en recorrer los 270 km, pagamos más? Resulta que un grupo de 7 motoristas o una motor-home paga por entrar 20 dólares en total. Lo mismo que nosotros que somos los únicos que no contaminamos! Está prohibido acampar fuera de los campings que provee el parque. No tienen ducha ni agua. La parcela más barata cuesta 16 dólares! Por plantar la tienda en la hierba!
Ante semejante trato discriminatorio contra los cicloviajeros (en otras partes del mundo las bicicletas entran gratis a los parques nacionales) la asamblea de ancianos de Cyclotherapy se reunió, como siempre en luna llena, para decidir qué hacer.
Por aplastante mayoría se decidió declarar la guerra a este y TODOS los parques canadienses, al igual que a TODOS los rangers (del mundo). "Colarnos o muerte!", gritaban los cubanos del pelotón. Y todos les seguimos. Así, y ante semejante acto abusivo contra la comunidad cicloviajera, el pelotón al completo se vio en la obligación de pasarse por el forro de los cojones sus normas y burlar sus dos puestos de control. Reconozco que disfrutamos con ello. 

"El que roba a un ladrón tiene 100 años de perdón"

Una vez creada justicia, nos dedicamos a disfrutar de las vistas y compartirlas con cientos de caravanas. Pero...de dónde han salido? Lo descubrimos pronto cuando cogemos la carretera que va a Revelstoke. La mayoría viene de Vancouver.
Cuando dejamos atrás el parque atravesaremos otros tres, pero estos no cobran entrada, o al menos no vimos ninguna taquilla. Entonces sentimos que nuestra etapa de ocio por Canadá está llegando a su fin. Miramos atrás con nostalgia los más de 3.500 km recorridos hasta ahora. Nos sentimos como pez en el agua en estos lugares donde la civilización llega a cuenta gotas. Pero por ahora esto ya es parte del pasado. El valle de Okanagan es nuestro siguiente objetivo.


Tener un colibrí bebé en la palma de la mano es algo que probablemente no ocurrirá de nuevo jamás. Un ejemplar adulto puede pesar unos 5 gramos, el corazón le late 30 veces por segundo (has leido bien) y pueden recorrer hasta 150 km al día. Los pillamos en la granja de Curtis y Bonnie en su emigración anual de Alaska a Méjico
Los menonitas son una rama pacifista del movimiento cristiano anabaptista originado en la Europa de las reformas del siglo XVI. Fueron perseguidos por todos y tuvieron que huir de Alemania y Polonia a Rusia y de allí a Norte América, donde llegaron a finales del siglo XIX. Las mujeres visten como hace 200 años, no es fantástico?
 El Parque Nacional de Jasper-Banff ha sido una gran decepción en términos de vida animal. Lo más llamativo han sido los cuernos de este Elk, que eran ASOMBROSOS
Rodeados siempre de montañas y bosques disfrutaremos de vistas espectaculares, especialmente el Parque Nacional de Banff
Columbia Icefields. Los glaciares pierden hielo año tras año. Quién sabe cómo será este lugar dentro de 100 años?
Hasta llegar a Jasper no habíamos visto turismo en masa así que no podíamos creer situaciones como la que vivimos a la salida de Jasper cuando encontramos la carretera  bloqueada por un atasco monumental. Los coches estaban atravesados y la gente fuera, de pie. Pesnamos que había habido un accidente grave. Qué pasaba? Había un pobre Grizzlie comiendo hierba a 100 m...
Escaparnos de los Rangers es una emoción extra al viaje. En realidad no es por gusto, sino por principios. Acampada libre en el Parque Nacional de Banff
Nunca habíamos visto tantos lagos como en Canadá. Los de las Montañas Rocosas son especialmente bellos por el color azul turquesa de sus aguas. Ha sido una etapa preciosa para hacerla a dos ruedas...

lunes, 22 de julio de 2013

6. Cuando la vida te sonríe

A pesar de alguna jornada de viento huracanado y algunas lluvias poco persistentes, no podemos creer la suerte que estamos teniendo con todo. Uno no sabe a qué se puede deber que existan las rachas. Por qué se suceden las rachas? Por qué hay veces que casi todo sale mal y otras en cambio, casi siempre sale bien? Sea lo que sea y para nuestro gozo estamos en la buena ola. La suerte nos sonríe.
La Alaska Highway es una arteria importante de comunicación y como tal, muy transitada por camiones y "snow birds". Por eso respiramos aliviados cuando cogemos la carretera 37, también conocida como Stewart Cassiar Highway. Estamos en la provincia de British Columbia. Cuando salimos de la carretera 37 y volvemos a la civilización nuestras alforjas adelgazan de provisiones de comida. Ya no hará falta acarrear tanto.
Nos sentimos afortunados de conocer gente extraordinaria y eso que la mayoría de los caravaneros viven en su micromundo de confort ajenos a lo que ocurre de puertas a fuera. A algunos incluso parece que les moleste que osemos compartir la carretera con ellos. Pero cuando te topas con los que te ven no como un estorbo sino como un inconsciente pero simpático personaje entonces las cosas buenas suceden. La gente nos cuida, nos empuja. Y nosotros sonreímos, y con la sonrisa se pedalea mejor, eso es obvio.
Por fin vemos muchos osos. Es imposible describir lo que sientes al verlos tan cerca. 
Todo va sobre ruedas. La vida nos sonríe.

El que no sabe gozar de la ventura cuando le viene, no debe quejarse si se pasa.
(Miguel de Cervantes)

Pues a gozar se ha dicho!


La Stewart Cassiar Highway es un imán para los cicloviajeros. En sus 730 km apenas hay civilización, abundan los osos, hay millones de mosquitos, moscas y moscardones y es un buen rompepiernas. Pero merece la pena...
Hay pocas cosas que nos han enternecido más que ver a los osos comer flores. Les ves tan grandes y tan poderosos y son tan temidos que no casa con la imágen que luego ves delante de tus ojos.
Solo un indio de la India o una mosca australiana pueden ser tan tocacojones como los mosquitos. Cuatro leños que alguien dejó olvidados y una puerta abandonada hacen la pesadilla más llevadera
Una furgoneta abierta abandonada donde puedes meter la comida por la noche es una tentación demasiado alta como para dejarla escapar...
Las ardillas son el enemigo oculto. Son expertas en taladrar alforjas. Que nadie se fíe de la cara de buenas que ponen en las fotos...
En los primeros 5 km de la Cassiar Hgw vimos 5 osos negros. Estos eran nuestros dos primeros enormes machos que veíamos tan cercanos. Comían plácidamente y ni nos miraban. El tema era que justo al pasar junto a ellos teníamos una subida del 10%. Y ahí fuimos, acojonados por desconocer cuál sería su reacción al vernos. Los perros se vuelven locos con los ciclistas así que... estaba claro que si les daba por perseguirnos con ese 10% delante no viviríamos para contarlo. Pasamos como balas impulsados por la bajada pero perdimos fuelle en 3 segundos. Ellos dejaron de comer y nos miraron a los ojos. Nos acompañaron con la mirada por unos 2 segundos interminables y a la vez increíblemente excitantes. Y luego prosiguieron comiendo. La historia se repetiría más veces con otros osos. Y a pesar de haber visto ya unos cuantos hoy es el día que aún sentimos un gran respeto y excitación cuando pasamos tan cerca de ellos, a pesar de que el peligro, si se usa el sentido común, es prácticamente inexistente
No hemos comido tanto salmón en nuestra vida. La gente ha sido muy generosa con nosotros regalándonos salmón embotado por ellos mismos o una bolsa con el pescado limpio y listo para ser cocinado...Esto es vida!
Estamos encontrándonos muchos cicloviajeros. Muchos están de vacaciones y otros, como Javier, de largo viaje. Javier es de Rosario, como Messi, y viene desde Ushuaia. Le ha llevado 18 meses hasta la Cassiar. Lo que le hace a Javier diferente a los otros es que viaja con una equipación muy sencilla, lo que demuestra que "el querer" es el motor del Universo
Los reyes y protagonistas de nuestras primeras semanas americanas

martes, 9 de julio de 2013

5. Canadá! El Yukon primero...

Sin darnos cuenta nos topamos con Canadá. Esto es lo surreal de las fronteras. Te levantas hablando en millas y te acuestas hablando en kilómetros. Pocos son los que nos adelantan pero muchos son los caravaneros que suben hacia Alaska a pasar el verano. Los llaman "snow birds" y son jubilados que se mueven con las estaciones. Pasan los veranos al fresco y los inviernos al calorcito. A nuestra manera nosotros también somos "snow birds". 
El Yukon es un territorio bastante vírgen que siempre fue habitado por los que ahora llaman "The First Nations", los nativos. Su trágica historia pasada con la colonización y su estatus actual nos recuerda a los aborígenes australianos. Pero sobrevivir aquí, sin desmerecer el largo invierno, debe ser más fácil que en Australia. En verano, cuando la noche no existe, la vida rebosa actividad y la comida no falta. Es hora de trabajar duro para sobrevivir el próximo invierno.
Nos cuesta asimilar tanta inmensidad. Pasan los días y lo único que vemos es lo mismo: árboles, lagos, ríos, animales... Son jornadas inolvidables.
Con un tamaño tan grande como el del estado español pero habitado tan solo por 30.000 personas, el Yukon se ha convertido en retiro de proscritos, fugados, sectas, buscadores de fortuna y mineros que se beben sus pagas en una semana de lujuria. Aquí los personajes abundan.
Con la fiebre del oro de 1896, miles de aventureros desafiaron a los mosquitos, ríos y bosques impenetrables para hacer realidad el sueño de hacerse ricos de golpe. Pocos lo consiguieron pero de la noche a la mañana transformaron Dawson City de un campamento de verano indígena en una próspera ciudad de 40.000 habitantes. Solo duró un año. Cuando el oro desapareció la población descendió a 5.000. Hoy apenas viven 1.500 personas. Este es solo un ejemplo de lo que sucedió en todas las regiones sacudidas por la fiebre del oro, el viejo sueño del Dorado...

Un buen viajero es aquel que no sabe a dónde va. El viajero perfecto ni siquiera sabe de dónde viene.
(Lin Yutang)

Creo que los primeros buscadores de oro eran buenos viajeros...

Esperemos que esos inmensos bosques y toda esa fauna que se esconde en ellos resistan al empuje de las cada vez más acechantes empresas mineras. Habrá que ver cuánto tiempo tardarán en comprar a los políticos de turno. En eso se mide el grado de civilización de una sociedad.

Canadá! Se acabaron las millas, las libras, las pulgadas...vivan los kilómetros!
Reunión por todo lo alto. El orden del día era si cenar arroz o noodles. Ganó Canadá.

Hay que reconocer que el vacío del Yukon puede ser estremecedor cuando la niebla y las lluvias entran en acción. A veces, alrededor de estos lagos fantasmales, se oían los aullidos de los lobos, aullidos que resonaban por días en nuestras cabezas
Bosques y agua. La parte más cercana a Alaska nos fascinó. Allí no vive prácticamenteningún humano, pero sí muchos animales

"No te gusta el tiempo del Yukon? Espera 5 minutos y cambiará". Este es un dicho local , que como todo lo que proviene de la sabiduría popular es totalmente cierto. Nos hartamos de cambiarnos de ropa...
Cualquier techo es un palacio para pasar las noches tormentosas
Espejito espejito...
Capital del Yukon, el 90% del total de la población de la provincia vive aquí, en Whitehorse. Toda esta zona tuvo sus momentos de gloria con la fiebre del oro de finales del siglo XIX. Hoy aún quedan buscadores de oro que a cambio de un sinfín de penurias sueñan con dar el golpe de sus vidas

lunes, 24 de junio de 2013

4. Los mosquitos y los osos. Una historia de "amor"

Ver un oso en estado salvaje es uno de los objetivos que los cicloviajeros nos marcamos cuando decidimos pedalear por estas latitudes. Pero los días pasaban y los osos no aparecían. La gente nos decía que "mejor así, para qué complicarse la vida, son osos salvajes, no ositos de peluche". Nosotros erre que erre, estábamos ansiosos por verlos y en Alaska se nos han escondido. No ha habido suerte.
La gente les tiene mucho respeto y nos regalaron unos sprays anti osos que suponemos se quedarán sin abrir. Probablemente los dejaremos para defendernos de seres humanos, no de osos. Nuestra arma originaria eran dos bocinas. Parece ser que el ruido les asusta.
Convivir con los osos no es difícil. El ritual es simple. Mientras dejes fuera de la tienda la comida y todo aquello que huela como gel de ducha, pasta de dientes, etc y comas alejado de la tienda, no deberías tener problemas. Hay que evitar cruces con madres con cachorros. Esto podría ser peligroso. Pero nada más. 
Aunque los encuentros con osos sean bastante anormales un pensamiento terrorífico te azota cuando estás en el bosque y la llamada de la naturaleza te llega. Entonces, cuando te adentras en el bosque solo ante el peligro, rezas para que no seas tu la primera víctima del año y no salgas en los periódicos con los pantalones bajados y cara de riojano. Los bosques con osos dan respeto.
El ritual diario de colgar la comida de los árboles (o lo que tengas a mano) es un coñazo. Digámoslo alto y claro. Y el que diga lo contrario, miente.
En Alaska es legal matar osos. Hasta cuatro puedes matar en un año. Mucha gente viene a cazarlos. Una lástima, creemos. 
Tras dos semanas de pedaleo, justamente el día del cumpleaños de Eve, vimos por fin los dos primeros grizzlies. Fue alucinante. Nos parecía increíble que los pudiéramos ver en su hábitat natural. Vaya regalo!
Pero hay algo mucho peor que los osos. Son los mosquitos. Y ya han despertado. Los mosquitos te hacen la vida imposible, las nubes de ellos te arruinan cada vez que te detienes. El momento sagrado del ciclista, la cena, es continuamente saboteado por nubes de estos despreciables bichos. Tenemos el cuerpo carcomido y creo que solo hay un sitio donde no me han picado: en la punta del ra%@$.

Este año parece que los osos se han despertado más tarde...

Como hizo Alexander Supertramp, nosotros también dormimos en un bus, pero no tan descerebradamente como lo hizo él. Esto al menos piensan los locales...

Posando como machotes ante nuestra primera bolsa colgada. A partir de entonces se convertiría en el ritual de cada noche
Nuestros dos primeros osos grizzlies saliendo de la ducha